sábado, 25 de septiembre de 2010

En lugar de encontrar tu voz, encontré el veneno de todos estos meses, encontré todo contra lo que había luchado y ya mi energía estaba agotada.

Diez días esperando este momento con ansia con vehemencia, en esa culminación solo encontré odio y viejos fantasmas revoloteando en tu mente por encima de cualquier sentimiento, poco a poco fueron desfilando como una negra procesión de tu alma a la la mía quedándose allí.

La amenaza del olvido recorría la estancia junto a mis largos pasos nerviosos de pared a pared con el móvil en la mano y por fin la luna se adueñó del aciago día, acabó por fin la pesadilla.....pero los negros espectros venenosos permanecieron en nuestras mentes, hoy me he ido de la charca putrefacta llena de pirañas para no volver jamás.....


Y ahora la foto por fin donde debió estar siempre ....

lunes, 6 de septiembre de 2010

La ventaja de escribir un relato es que puedes hacer que tus personajes imaginarios, adivinen lo que vas a poner en tu blog y se rebelen contra el desarrollo del mismo. Como en el 'Día de la Marmota' en el que se iban sucediendo 'finales diferentes' en una vida que se escribía día a día....


- - - o o o O O O o o o - - -

Pero esta vez, ella no me quitó el bañador ....

.... Introdujo su pequeña y suave mano bajo la pernera del bañador, yo me sentía un tanto cohibido aunque sabía que iba a encontrar un mástil bien armado, ya que intentaba escapar entre los leves barrotes de la tela, se le escapó un pequeño gemido, exclamación casi imperceptible, entonces el tiempo se paró del todo y su mano se ahuecó en torno a aquel tronco nervudo de carne inmenso, se sintió feliz de provocar aquella transformación.


Toda la concentración anterior para ir saltando y atravesando las olas se perdió totalmente, por lo que no apreciamos la cresta de la siguiente ola que nos revolcó uno contra el otro en mil direcciones, eso si ella no soltó su asidera, nuestros cuerpos se fueron rozando, separando aplastando entre sí y por fin alcanzamos la superficie como dos globos.

-¿Qué tal si me sueltas? Como sigamos así nos vamos a ahogar.


-¿Te apetece atravesar la rompiente?
Me dijo ella, con la voz casi imperceptible.


Asentí con la cabeza, me apetecía mas tranquilidad, de modo que nadamos vigorosamente, buceando bajo las crestas de las olas, dando brazadas enérgicas al salir a la superficie, me costaba seguirla, empecé a pensar que era una especie de sirena, unos cien metros mar adentro, ya solo subíamos y bajábamos al compás de las ondas marinas, ella aún estaba azorada, en la última rompiente habíamos tragado agua y quizás por un acto reflejo se había agarrado a mis piernas, provocando aún más mi excitación al notar sus pechos desnudos.


Nos manteníamos a flote con pequeños movimientos de piernas y brazos nos acercábamos y separabamos como si estuviésemos imantados, yo me volví a fijar en su cuerpo y lo que se ocultaba de él tras las líquidas refracciones, su hermoso triángulo de piel prohibida y su intrigante vértice oscuro por su vello púbico.

De repente ella se sumergió, no podía verla, al cabo de unos segundos noté dos manos en el borde de mi bañador, estiró hacia abajo y salió a la superficie, con el mismo hecho una pelota en una de sus manos, noté como mis huevos y la serpiente venosa se colocaban en un delicioso ángulo recto, apúntandola con descaro.


-¡Ahora estamos en igualdad de condiciones!

Otra vez aquella risa, adornada por aquella sonrisa especial, entre tímida y desafiante, até el cordón del bañador en mi tobillo (si leéis las otras versiones del blog entenderéis el porqué). Mi terrible erección ya quedaba patente incluso por debajo del poco agua que nos separaba.

-Veo que te excito algo, ¿eh?

Evidentemente era una pregunta retórica....Pues además mi mirada fija y mis labios entreabiertos me delataban.















Pasé mis manos por sus pezones totalmente enhiestos, se le escapó un quejido y echó la cabeza hacia atrás hundiéndose hasta casi la boca, nadé hacia ella y aplasté mis labios contra aquella cara mojada y llena de sal, ella introdujo su lengua y estuvimos una eternidad intentando flotar y besár al mismo tiempo, era tal la sensación que nos olvidábamos de aletear y en medio del beso nos entraba agua en la garganta, reiamos y dejabamos resbalar el agua de la boca con algunas toses.


Debido al surf, puedo estar en el mar horas, casi sin gastar energía, moviéndome lo mínimo, aprovechando la energía del mar, jugando con el aire de los pulmones, pero ella se desenvolvía en el agua como si viviese allí, con cuatro ligeros movimientos se ahuecó entre mis hombros, entregando su espalda a mi pecho, y su hermoso culo a mi entrepierna, me llegó el aroma de su cuello y de su sensualidad, mordí su cuello y ella atrapó mi polla y se la paseó entre la parte interna de sus muslos para al final colocarla en el inicio de su vagina, noté en mi polla el calor ardiente de su coño, se empujo hacia arriba aleteando con los brazos, levantó su torso por encima del agua y se dejó caer, yo hice el movimiento contrario, el pene quedó alojado en el principio de su abertura, ella ayudó con las manos aunque era difícil, dada la ingravidez y los vaivenes constantes, empezamos a sincronizarnos, a cada empuje sus piernas parecían abrirse mas, ella nadaba hacia abajo y yo hacía arriba, dejábamos de bracear y nos agarrabamos con fuerza yo en sus caderas y ella en las mias,

El mástil iba entrando centímetro a centímetro para grabar en fuego su interior, cada pequeño avance en sus carnes vírgenes una descarga eléctrica me recorría la espalda, la exquisitéz de su suave piel se disparaba loca entre mis dedos, agarraba su pelo hacía atrás para que su espalda se arqueara y ella cuando apretaba hacia abajo se agarraba con fuerza a mi espalda, cuando empujaba yo le cogía por su pelvis hacía abajo, llegó un momento que cuando bajaba ambos quedábamos con la cabeza bajo el agua, pero seguíamos en nuestro empeño, estábamos totalmente sincronizados, hasta que en un último empuje hacía arriba, la polla quedó totalmente hincada, entonces nuestros movimientos se volvieron salvajes, nos rodeó la blanca espuma de nuestros chapoteos y en un último espasmo noté como mi néctar me recorría por dentro, provocando una oleada de placer y furia, se aceleraba para lanzarló como un cañón, inundando de leche y explotando por fin en sus entrañas que no dejaban de llorar por la ansiedad despertada, grité con furia, solo me acuerdo de sus gemidos con un quejido final, la compenetración fué total, un trago largo de agua nos devolvíó al escenario.


Parecía que estuviesemos nadando en un mar de plata, el sol se acercaba a su ocaso por Poniente y el brillo nos cegaba, flotabamos con una sensación de ingravidez total, moviendo lentamente brazos y piernas en perfecta armonía, a merced de los vaivenes caprichosos del manto salino, como si fuésemos una medusa de cuatro tentáculos, aún estaba en su interior, era totalmente placentero, cada movimiento aleatorio nos llenaba de placer, sus mejillas estaban ardiendo, sus pezones deseando abandonar su cuerpo para ser acariciados y su sonrisa se había borrado por una cara de entera felicidad. Al sacar la polla lentamente de su cueva del placer me besó de nuevo y sentí que estaba en el mundo que yo quería estar.....

sábado, 4 de septiembre de 2010

'Estaba hipnotizado, el mar se mostraba furioso y ella seguía jugando con las olas, sus masas líquidas con crespones blancos amenazantes se cernían sobre ella, en el último momento su pequeña silueta con los brazos abiertos se dibujaba atravesando armoniosamente aquellas inmensas paredes azules.
Ni un atisbo de miedo, al emerger se giraba dando la espalda a la nueva ola y me dedicaba una sonrisa, sin inquietarse. Las series de olas iban aumentando en tamaño, la diversión se transformaba en inquietud pero ahí seguíamos los dos en un duelo a ver quién se retiraba antes, de repente un tanga de colores me pasó entre las piernas, avanzaba rápido entre la espuma dirigiéndose a la orilla.
Descubrí que la ola la había engullido porque aparecieron sus preciosas piernas morenas antes que su cabeza, con todo el pelo alborotado, tosía por el agua tragada pero seguía riendo, ajena a la pérdida de su prenda íntima, me acerqué con dos brazadas.


-¿El mar está divertido eh?
Sonreí.
-Si, va estar mas divertido cuando salgas del agua.

Le enseñé con un dedo su tanga flotando cerca de la orilla, con un movimiento instintivo se tapó, pero luego disimuló como si no le importase demasiado. Se me escapó una mirada que se quedó en su triángulo blanco entre los muslos, que apenas se distinguía bajo el agua, ella me miró pícaramente. En aquel momento una ola furiosa, empujó su cuerpo contra el mio y noté toda su desnudez en mi pecho y su entrepierna entre mis muslos, se abrazó instintivamente, tardando en despegarse, la situación anterior y el contacto me provocaron una poderosa erección.'



-Tu estás loca. ¿Acaso no has leido lo que me pasó en la versión 1.01?

-No leo tu blog.

-Es igual te traeré el tanga cuando se vaya la niña esa que juega en la playa, tengo mis motivos te lo aseguro.



Otra ola inoportuna junto de nuevo nuestros cuerpos, en ese momento ella entreabrió los labios y sonrió dulcemente, su sonrisa era preciosa, mientras achinaba los ojos para evitar los rayos de sol que rebotaban en la blanca espuma.

-Vaya, veo que te alegras de verme.

Sentí una mano que agarraba mi mástil por encima del bañador. ahuecando la mano pero sin apretar de una forma muy sutil.

Se arqueó hacia atrás aún cogida a mi tronco, para quitarse el pelo mojado de la cara y puede apreciar perfectamente un triángulo de piel blanca en su vientre una pequeña mata de pelo oscura adornaba su vértice, donde se juntaban los morenos muslos.

Mi excitación iba en aumento, los movimientos de las olas hacían que me masajeara de una forma aleatoría mi miembro que a estas alturas estaba a durísimo.

Otra ola esta vez mucho más grande nos envolvió, nos pilló desprevenidos y sentí dar vueltas bajo la espuma como si fuera un globo, cogido por su cuerda que en este caso era mi polla, que esta vez si que la sentí fuertemente atrapada, al volver a la superficie, ella tenía mi bañador en la mano, me lo mostró como si fuera un trofeo y empezó a reir

-Venga quítate el bañador, que tienes ventaja. ¡Huy no puede ser ya que te lo he quitado yo!

-Venga dámelo que se va a perder.

-¡Ni hablar me lo pongo yo!

Nadando con un estilo perfecto se fué hacia la orilla con mi bañador que le quedaba bastante grande.


Cuando por fin llegué a la orilla, no había conseguido aún eliminar mi excitación, totalmente desnudo, empalmado a reventar, intenté pasar corriendo y pasé entre un grupo de ancianas que estaban tomando el sol, las mojé sin querer, tropecé y en el suelo me rodearon como si fuese una pesadilla, y empezaron a tocarme, me levanté de un salto y empecé a correr por la playa, ellas iban detras chillando

Quizás no debí hacer eso, la situación llamaba a engaño, un hombre desnudo corriendo con el mástil de lado a lado armoniosamente en estado de excitación manifiesta, moviendo los brazos como un molinillo, perseguido por unas ancianas que gritaban:

-Danos lo que es nuestro, ¡guapoooo !

Al cabo de unos minutos fui abatido por varios hombres familiares de las ancianas, mientras se oían unas sirenas de policía y gritos de:

-¡Cerdo insolidario! ¡Pervertido!¡Pervertido! ¡Podrían ser tus madres!

Al cabo de media hora estaba con una camisa de fuerza totalmente esposado y declarando en comisaría, mientras una joven ataviada con mi bañador hawaiiano de flores salía de la playa, tomaba el sol envuelta plácidamente en una toalla para calentarse después de varias horas en el mar en un día de gran oleaje y preguntaba preocupada a la multitud donde habían llevado a aquel pervertido de ancianas.

jueves, 2 de septiembre de 2010




Estaba hipnotizado, el mar se mostraba furioso y ella seguía jugando con las olas, sus masas líquidas con crespones blancos amenazantes se cernían sobre ella, en el último momento su pequeña silueta con los brazos abiertos se dibujaba atravesando armoniosamente aquellas inmensas paredes azules.
Ni un atisbo de miedo, al emerger se giraba dando la espalda a la nueva ola y me dedicaba una sonrisa, sin inquietarse.
Las series de olas iban aumentando en tamaño, la diversión se transformaba en inquietud pero ahí seguíamos los dos en un duelo a ver quién se retiraba antes, de repente un tanga de colores me pasó entre las piernas, avanzaba rápido entre la espuma dirigiéndose a la orilla.

Descubrí que la ola la había engullido porque aparecieron sus preciosas piernas morenas antes que su cabeza, con todo el pelo alborotado, tosía por el agua tragada pero seguía riendo, ajena a la pérdida de su prenda íntima, me acerqué con dos brazadas.

-¿El mar está divertido eh?
Sonreí.
-Si, va estar mas divertido cuando salgas del agua.

Le enseñé con un dedo su tanga flotando cerca de la orilla, con un movimiento instintivo se tapó, pero luego disimuló como si no le importase demasiado. Se me escapó una mirada que se quedó en su triángulo blanco entre los muslos, que apenas se distinguía bajo el agua, ella me miró pícaramente.

En aquel momento una ola furiosa, empujó su cuerpo contra el mio y noté toda su desnudez en mi pecho y su entrepierna entre mis muslos, se abrazó instintivamente, tardando en despegarse, la situación anterior y el contacto me provocaron una terrible erección.

-No te preocupes. Ahora mismo te lo traigo.

-Me verás desnuda, te lo prometo.



Más fácil de decir que de hacer, las corrientes habían depositado el tanga coloreado cerca de la orilla, que subía y bajaba a capricho de los movimientos pendulares marinos, nadé vigorosamente, era una lucha desigual, cuando por fin llegué a la orilla, una niña cogió el tanga lo blandió en el aire como una bandera y salió corriendo por la orilla, por lo que tuve que perseguirla a grandes zancadas,

Quizás no debí hacer eso, la situación llamaba a engaño, un hombre ataviado solo con un bañador en estado de excitación manifiesta alargando las manos y gritando:

- 'Dame el tangaaaaaaa, niñaaaa'.

Y persiguiendo a una pequeña mocosa por toda la playa, al cabo de unos minutos fui abatido por varios hombres incluido el padre de la niña, mientras se oían unas sirenas de policía y gritos de:

¡Asqueroso Pedófilo! ¡Pervertido!¡Pervertido!.

Al cabo de media hora estaba en bañador esposado y declarando en comisaría, mientras una joven desnuda salía de la playa, tomaba el sol envuelta plácidamente en una toalla para calentarse después de varias horas en el mar en un día de gran oleaje y preguntaba a la multitud donde me habían llevado con su tanga.

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