lunes, 26 de diciembre de 2016

Nadie se explicaba que estaba pasando, de repente todos los alumnos de aquel Instituto, dejaron de hablar español.....
Los conflictos con los padres aumentaron, se vieron obligados a aprender el nálatac.

El Departamento de lengua estaba deshecho

De acuerdo con el relato bíblico, cuando las generaciones posteriores al Diluvio empezaron a construir una torre que llegaría hasta el cielo, su arrogante empresa fue destruida simple y definitivamente: 
"El Génesis relata que "Dios confundió sus lenguas y los esparció sobre la faz de toda la tierra".

Milenios después de que la Torre de Babel fuera abandonada en una confusión lingüística, tomaron en cuenta la lección del Génesis. Un idioma común fue la piedra fundamental para la construcción de la nación. Que ese idioma sería el hebreo no había discusión.

El nálatac
La palabra hebrea nálatac se traduce como enseñanza, instrucción y estudio.

Todo empezó con la contratación interina de una joven profesora israelí de 26 años, en aquel centro de Secundaria, la dirección del Centro no evaluó que aquella mujer de tez morena, cuerpo escultural, ojos azules exóticos y muy claros, podía desestabilizar la vida de aquella pequeña ciudad.

Solo unos 24 chicos apuntados a esa nueva optativa 'Conocimiento básico del nálatac', empezó a herir las susceptibilidades de sus compañeras, luego el secretismo que se fue fraguando acerca de lo que en esas clases acontecía, nadie se explicaba el interés desmesurado por la asignatura que hacía que los alumnos en los pasillos se expresaran en esta curiosa lengua.

Quizás el hecho de que se produjo un enamoramiento masivo de adolescente, pintadas de palabras de esta curiosa lengua, en árboles, bancos de madera, paredes del centro, y el masivo abandono de novias por parte de los adolescentes apuntados en el curso, generó a su vez unos celos colectivos.

Le gusta llevar faldas muy cortas, dicen los afortunados que la han visto que sus piernas, son espectaculares, cuando borra la la parte superior de la pizarra y se encarama de puntillas, sus muslos morenos se tensan, el silencio se vuelve sepulcral, ni se produce un ruido, como la caída de un lápiz o una tos inoportuna, se acaba el proceso y se sienta tras la mesa, con lo cual se acaba el proceso que sume en inconsciencia mística al alumnado, con lo cual el autor de dicho ruido es increpado por sus compañeros.

Sus compañeros de profesión indignados pegan el oído a la puerta para intentar comprender como se produce tan mágico silencio.

Un alumno fue besado en la mejilla por responder un test, sus padres se quedaron preocupados porque estuvo tres días sin comer ni lavarse para que no desapareciera aquel aroma de su piel al margen del alud de envidia colectiva, pero entonces se produjo el fenómeno mas insólito en un Instituto, los alumnos empezaron a estudiar algo, alumnos asistentes o no a los cursos con la israelita empezaron a pasar noches enteras sin dormir estudiando por Internet esta curiosa lengua, los fines de semana las bibliotecas se llenaron de alumnos, pero eso si dedicados solo a esta asignatura, con las quejas respectivas de otros profesores que incluso se ofrecieron a besar a sus alumnos, sin obtener el mismo resultado, quizás los besos de otros profesores sexagenarios, no tuvieron el mismo éxito  a pesar de su mas que probada sabiduría.

Padres y profesores dejaron de poder relacionarse con hijos y alumnos al desconocer la nueva lengua de comunicación, incapacidad y envidia se abrió paso y fue acusada de pertenecer a una secta y mantener relaciones con menores.

Todas las declaraciones de los alumnos eran idénticas. En nálatac por lo que ni jueces, fiscales o abogados entendían un pimiento y para su desgracia la única traductora también era la presunta culpable. 

El Fiscal fue contundente:
"Mantener relaciones con un menor y aprovecharse de su autoridad como adulta y profesora"

La acusada está indignada.
"Son calumnias". Nunca he mantenido relaciones sexuales con alumnos. Solo les di atención y mucha ayuda, más allá de la que debo, para que pudiesen mantener el ritmo de la clase.

Su abogado (que también está enamorado secretamente de ella) afirma que todo es una treta organizada por una estudiante que perdió a su novio y se enamoró de su cliente, cuando la profesora se percató y cortaron su relación de amistad quiso vengarse inventando unas relaciones de sexo con el alumno.

El alumno fotografiado en el parque con la profesora, rompió a llorar en el interrogatorio, hablaba en nálatac puesto que se negaba a hablar en otra lengua y mediante un traductor Israelita por vía telemática  pudieron comprobar que se había inventado una historia de cama y seducción para tener 'relevancia' entre sus compañeros, pero eso si confesó que la profesora le había ayudado en la asignatura en horario extraescolar. El resto de compañeros también mediante el intérprete confesaron que la profesora les había ayudado pero como máximo solo habían sido premiados con el cosquilleo que les producía un breve toque en el pelo.

La directora del Centro (que se moría en sus adentros por conseguir que sus alumnos la respetasen en clase igual que la nueva), aunque el hecho de que en su Instituto se hablase una lengua que nadie entendía, no le gustaba en absoluto, manifestó su apoyo relativo a la empleada.

-"Es una profesora muy disciplinada y siempre ha ayudado a sus alumnos, pero si la justicia demuestra que las acusaciones son ciertas acataremos el resultado".



domingo, 25 de diciembre de 2016

Lo que no esperaba era aquel desenlace.... 
Mientras ella recogía mi ramo de rosas rojas y la botella de cava al presentarme en su apartamento, me entregó dos guantes azules de boxing al tiempo que me dedicaba una sonrisa un tanto quebrada, creo que algo iba mal, el intercambio de regalos era algo incoherente, ¿se estaba burlando de mi?

-¿No cenamos primero?

-Para nada, tenemos que hacerlo con el estómago vacio. ¿no querrás vomitar durante el acto no?

Bueno, pensé que aquella era una forma de plantearse la cita al mas alto nivel, desde luego era una forma eufemística de plantearselo, pero no cenar primero lo vi un poco raro, pero poco a poco fui agradeciendo la decisión....

-Bueno pues vayamos a la acción entonces.

-Pero ¿Vas a hacerlo con esa camisa y ese pantalón de pinzas?. Toma aquí tienes un pantalón corto, tu irás de azul si te parece bien. 

Me sorprendió tanta organización para montar un trío, para evitar malentendidos cada uno llevaría un pantalon de un color, me pareció buena idea, mientras ella se fue despojando poco a poco de su ropa, llevaba unas deportivas y se quedó en top-less con un pantalon elástico igual que el mio pero de color rojo, sus hermosos senos destacaban entre las curvas de sus caderas y se movían sugestivamente, esta visión fue eliminando mis consideraciones.


Detecté en su cara una muestra de compasión mientras se encintaba sus guantes de boxing rojos, la verdad es que la imagen era muy erótica, de modo que decidí seguir el juego y me puse el dichoso pantaloncito azul y los guantes, la verdad es que hacer el amor con guantes de boxeo se me hacía un poco difícil de entender, quizás sería una fantasía de la chica. ¿que vamos a hacerle? 


Tampoco di demasiada importancia a que el salón estuviera curiosamente despejado, los muebles arrinconados en las paredes y la lampara parecía tener mas luz de la necesaria.

-¡Anda, pégame !

-¡ Pero que dices!¡Ni hablar! me dijiste que esto sería un trío. No quiero hacerte daño.

-¿Un trio?

Se rió misteriosamente y empezó a darme miedo.

-¡Tu mismo! ¡Pero te aseguro que es un trio!

En aquel momento se abrió una puerta y apareció su amiga, su estatura rozaba el 1,80 y estaba semidesnuda con el short rojo, pero sus brazos y abdominales marcados denotaban que era deportista.

-¡Venga dale ya, que me aburro! ¡Que empiece el trio de una vez!

Entonces empezaron a caerme golpes de todas partes, y cada vez que me quejaba, interpretaban que me lo estaba pasando bien y me arreaban mas, intenté defenderme pero aún fue peor porque era como si admitiese mi placer por aquella situación. Lo único que podía hacer era colocar los guantes para que no me dioeran en la cara.


Mi morbo se vino abajo de golpe.

La próxima vez creo que interpretaré mejor las propuestas acerca de un trío y quizas busque en internet eso de 'BDSM', la chica era muy guapa y quizás por eso no di importancia a no se que dijo de 'BDSM', el caso es que yo esperaba el goze peculiar en un misterioso trance masoquista por una vara inofensiva y unos pequeños azotes y por eso le seguí la corriente, ahora esto se había transformado en un azote en toda regla a máximo rendimiento como un remero en plena competición, sobretodo por parte de la amiga musculosa que amenzaban con levantarme del sofá y del sofá del suelo, en el que me había refugiado con un cojín en la cara por lo que apenas se me oían los gritos de clemencia mientras la serie de golpes rítmicos se iban aplacando lentamente junto con mi integridad física.

-¿Sabes? Eres muy poco divertido, das muy poco juego.

-Si ya me he dado cuenta.

BDSM es un término creado para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas. Se trata de una sigla que combina las siglas resultantes de Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo. Abarca, por tanto, a una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí

sábado, 24 de diciembre de 2016

Subimos por el sendero escarpado hasta el monasterio de San Pedro, mientras las rachas de viento de la Tramontana azotaban implacables, la vista era espectacular, en un recodo le dije.

-Espérame un momento, voy a hacer algo que no puedes hacer por mi, E. sonrió maliciosamente.

-¿Seguro que no? 

Me aparté unos metros a un sitio resguardado de la vista del sendero, ya no podía aguantar mas, desabroché la bragueta, apunté distraído a unos matorrales, en pleno proceso de micción, desde atrás unas manos atraparon el pene, ella se había acoplado por detrás y ahora tenia mi miembro en sus manos.

-¡¡Vaaaa!! ¡Dejame probar! No seas carca, siempre he querido ver como va esta manguerita.
-¡No!, ¡para, para!

Y empezó a apuntar a la derecha a la izquierda, pero con el forcejeo se bajó la piel con lo cuál el chorrito perfectamente controlado se convirtió en un aspersor sin ningún tipo de control, al girarme para evitar males mayores, una racha fortísima de viento de frente nos inundó, en una de las situaciones mas violentas que jamás he vivido, la chica a la que apenas conocía estaba totalmente empapada por una lluvia dorada totalmente incontrolada.
Se hizo un silencio muy tenso en el que solo se podía oír el ulular del viento y pensé que esto era el final de una bonita historia. No podía ni mirarle, su vestido, su cara y su pelo totalmente lleno de gotitas doradas que colgaban alegremente y aún peor me imaginaba la mía. No había podido parar de mear y el resultado había sido catastrófico.

-Igualito que la lluvia dorada de Dánae

Rompió el silencio y afortunadamente su sonrisa se abrió paso entre las gotitas doradas.  

-Si ahora entiendo lo que le pasó a Zeus.¿Te imaginas a Tiziano excitándose mientras pintaba a Dánae?
Dije yo para romper el hielo.

-No, la verdad es que me resulta muy lejano. Y no creo que se hubiera meado encima de la modelo para pintar su obra.

Una sonrisa muy dulce, apareció por fin bajando la mirada y la voz como un tanto azorada.

-No te preocupes la culpa ha sido mía.

E. ahora me mostró otra faceta, su lado menos frío, se sacó las gafas y alargó los brazos como un gato desemperezándose, sentí un cosquilleo muy dentro de mí. 
El escote del fino jersey totalmente húmedo se ladeó un tanto, resbalando, dejándola con un hombro de piel muy blanca, casi como el del cuadro aquel que ella describió tan intensamente.

-Me ha excitado lo que nos ha pasado y me has hecho abrir los ojos sobre un detalle fascinante sobre el cuadro de Tiziano, acerca de Dánae. ¿Conoces la historia?

-Pues no.
-Es que para comprender el detalle que acabo de descubrir, necesitas saberla. Lo importante es que la lluvia dorada que cae sobre el sexo de la Dánae (en griego Δανάη, “sedienta”)

Zeus estaba loco por ella. Al ser un Dios poderoso, hubiese podido raptarla sin ningún problema, pero quería mantener el secreto, evitando que se enterara su esposa Hera.

Todo ocurrió en una noche estrellada...Dánae yacía desnuda en su lecho, mientras soñaba con la ansiada libertad, cuando apareció Zeus a través de una rendija e inmediatamente se transformó en una suavísima lluvia dorada, se transformó en su propio semen, que cayó sobre la doncella.

Así, gota a gota, entró Zeus en el cuerpo desnudo y asustado de Dánae, patidifusa ante tan importante visita. Aquellas gotas doradas, cual cálido, perfumado, luminoso y vibrante abrazo, lograron el lascivo propósito del dios, la posesión de la hembra, y, de paso, introdujeron en el impúdico vientre femenino la semillita de una nueva vida: la del futuro héroe Perseo.

-Interesante historia, fascinante.

Bajamos al pueblo y al entrar en el bar nos miraron de arriba a abajo, de modo que disimuladamente entramos en el lavabo para adecentarnos un poco.  

Pedimos unas cervezas y unos pequeños bocadillos que nos cobraron por adelantado, supongo que por nuestro aspecto, estaban deliciosos, mientras hablábamos, mordisqueábamos y dabamos pequeños tragos, disfrutando de aquella conversación.

-Resulta que hoy gracias a ti he descubierto algo nuevo... es que…verás, (Se notaba que tenía ganas de contarlo y se atropellaba a si misma al hablar, estaba visiblemente emocionada).

-La diosa está tumbada así ¿no? Preparada para recibir la lluvia dorada.

E. atrae hacía si otra de las pequeñas sillas de madera, se recuesta entre las dos sillas imitando la postura de Dánae. Yo busco la imágen en el móvil y asiento con la cabeza.




-Pues bien, una de sus piernas tapa la mano, y por la situación del brazo suponemos que reposa en la ingle. Pero si te fijas, esa mano se ve, pero está muy borrosa.
Dice ella colocándosela por debajo del envés del muslo.

-Ahí viene lo bueno, te das cuenta que ésta aprieta los dedos contra la carne como si quisiera abrirse más de lo que puede y deseara empujar ¿Lo ves? Mira así !!

E. estaba eufórica, abre ahora sus piernas y aprieta los dedos contra la tela del pantalón. Al punto, se deja caer sobre la silla, toma la otra silla la acerca y se queda tumbada y da unos casi imperceptibles golpes de cadera al aire.

Había adoptado a la perfección la postura de la diosa, que aparecía acostada y desnuda sobre un lecho con las piernas abiertas y flexionadas y la cabeza ladeada. A pesar de los tejanos y de su llamativo jersey yo estaba imaginando a Dánae allí delante mio. Instintivamente moje las yemas de los dedos en la cerveza y lancé gotitas sobre su sexo, con las luces que se filtraban por la ventana parecían pequeñas perlas. E. aumentó sus golpes de cadera al aire abriendo aún más su sexo bajo los jeans.

Pasan unos segundos y se incorpora, se sienta recta como guardando la compostura y se coloca el escote del jersey, que inmediatamente se precipita hombro abajo.
Yo estaba alucinando, me ajusté las gafas, no podía dejar de mirarla, me estaba imaginando a la Dánae en la época actual, en una cafetería bajo una lluvia dorada, y un hombro desnudo al aire libre, al ver que la miraba tan intensamente ella bajó la suya.

-Ven, siéntate más cerca y le acerqué una silla a mi lado

E. dudó unos momentos concentrada en los dibujos de las vetas del mármol de la mesa, de repente soltó:

-¿ Y por qué no?

Vuelve a sonreír, se levanta y en lugar de sentarse en la silla que le había preparado, se sienta sobre mi muslo, dándome la espalda, casi de un salto, apoyándose sobre mi pecho, estaba ahí en mi regazo, dejando su peso en mi pierna y aguantando con la punta de los pies en el suelo.

Instintivamente me acerco a su cuello y lo huelo, mejor no entrar en detalles acerca de su olor pero puedo sentir su calor a través de su amplio escote un olor a lavanda y excitación que surgía de su interior......

En este preciso momento el dueño del bar se acerca hacia nosotros, bajando la voz nos dice,

- ¿Os importa salir de aquí? Esto es un bar familiar y no quiero líos.



martes, 20 de diciembre de 2016

Mientras me miraba a los ojos y sonreía me entregó un paquete de ropa perfectamente doblada una chaqueta oscura una camisa blanca una corbata y unos pantalones con raya.

- Te espero a las 8, pasa por casa a recogerme.

Me probé el traje me quedaba algo grande, había conocido a M. hacía 2 semanas y habíamos quedado en acudir a una fiesta de Carnaval que se celebraba en la carpa que habían montado en un pueblo cercano, yo no tenía disfraz y estaba allí por trabajo por lo que M. se ofreció a conseguirme uno, luego me enteré que era el traje de boda de su padre.

A las 8, estaba puntual en la puerta de su casa, iba con un maillot de ballet blanco con el tutu correspondiente que se lo pegaba sobre las piernas que largas y sinuosas asomaban tras un abrigo 'tres cuartos' de tela gruesa y de color azul oscuro, hacía bastante frío.

Al comprar el tique de entrada se podía coger una botella de champagne bien fría, cogimos una. 
M. estaba radiante, era una mujer de pelo rizado rojo, sus ojos grandes y preguntones, labios rojos anchos y carnosos resaltaban con su tez blanca llena de pecas, el labio superior era ligeramente mas grueso que el inferior, ese exotismo me fascinaba, una mujer delgada pero con curvas y muy alta, siempre le decía que parecía un 'Kasperle' y eso la enfurecía.

Estaba totalmente loco por esa chica, la música en lata dejó paso a una 'charanga', al empezar el baile le cogí por primera vez las manos y ella apretó mis dedos, había dejado el abrigo en el coche y por lo tanto de vez en cuando se abrazaba para recibir un poco de calor, a medida que la fiesta avanzaba, el baile se fue volviendo mas intenso y al final acabamos dando pasos acelerando por los laterales como si fuéramos a despegar por la pista que se nos quedaba pequeña.



Entre los efectos del champagne, la música y la química existente, la gente alrededor fue desapareciendo y solo me quedaba aquella cara tan exótica que me miraba intensamente, esta vez sin sonrisas, en un momento cuando llevábamos una hora dando vueltas, abrazándonos y dando la 'nota', me abrazó fuerte y dijo:

- Te quiero
- Yo también te quiero, desde el primer día que te vi

Y nos dimos un beso en la boca, por fin esa boca se acercó a mi cara, saborear aquellos labios llenos de champagne me llevó a otro mundo, pedimos otra botella y seguimos bailando, M. tenía unos pechos redondos pequeños con unos pezones muy oscuros, en una esquina ya fuera del recinto estiré de su maillot hacia abajo y los acaricié, primero uno y luego el otro, dio un respingo y me miró esta vez mas intensamente, pero no hizo nada para rebelarse, al contrario, me abrazó con fuerza y cada vez que rozaba su pezón me correspondía con pequeños e irracionales espasmos.

Pasamos horas en el coche, charlando apaciblemente, viendo amanecer y con leves caricias y besos, hasta que decidimos volver.

No se porqué esta escena se quedó grabada en mi mente, quizás porqué no se bailar y ella tampoco, puesto que nunca mas fuimos a un baile de pueblo, quizás dejamos muy alto el listón aquel día......

miércoles, 7 de diciembre de 2016


En ese preciso e inoportuno momento desperté en
mi cama, sorprendido, sudando con la extraña y agradable sensación del falo totalmente hinchado.

Me levanté y me dirigí al baño tratando de recordar
qué había estado soñando sin conseguirlo, entonces percibí un aroma peculiar y breves brotes de mi sueño aparecieron
y noté que estaba cubierto con un líquido algo viscoso, el cual estaba seguro de que no era mi leche.

Decidí probarlo y sabía dulce, extrañamente me pareció reconocer
ese aroma y sabor, aunque no sabía con certeza a qué me recordaba.

Notaba un cansancio fuera de lo normal y la espalda me ardía, me acerqué al espejo y me giré para ver mi espalda, estaba completamente arañada.

No se muy bien como empezó mi sueño ni cuando me quedé dormido, solo que el ordenador estaba encendido y había inaugurado un nuevo blog:

Estaba cansado y lo deje a medias, a ver si algún sueño podía inspirarme, cuando me acosté fijé la vista en el techo con la imaginación alterada de lo que había escrito y apagué la luz ignoro si pasaron horas o minutos pero aparecí en un dormitorio de una hermosa mujer.

Quise acercarme para observarla mejor aprovechando su sueño
pero en ese momento sonó el despertador y me quedé horrorizado, entonces ella salió de su sueño. Apagó el despertador y manteniendo los ojos cerrados se estiró sobre la cama para desperezarse tensando su cuerpo como si fuera una gata. 

Yo temía su reacción cuando abriera los ojos y me descubriese allí, pero cuando lo hizo pareció no verme, pese a que me encontraba a apenas dos metros de ella. Me moví para acercarme y nada ¡era invisible!¿Cómo diablos podía ser? 
El realismo de las sensaciones visuales que estaba teniendo me hacía ignorar que se trataba de un sueño.

En ese momento ella empezó a levantarse, observé cómo retiraba las sabanas, cómo descubría su figura desnuda, la opalina palidez de su piel. Estiró los brazos y pude ver la perfección de sus pechos alzándose al unísono junto con sus brazos. Después se sentó
en el borde de la cama dejándome ver sus hermosas piernas torneadas.
Estaba excitada sus pezones totalmente enhiestos se levantó y comenzó a moverse nerviosa por la habitación, con lo que por fin pude contemplar a mi diosa en toda su plenitud, sus
caderas hacían un perfecto juego con su redondos pechos, su espalda de línea perfecta dividida en su parte inferior por la redondez de las nalgas separadas por una rajita central, tenía un culito venerable .

Aprovechando mi invisibilidad la
espié siguiendo su rutina matinal, cómo se dirigía
a la cocina, cómo sacaba una botella de zumo del frigorífico
y la acercaba a su boca. Reparé en la carnosidad de sus labios e
imaginé lo que serían capaces de hacer, Luego la seguí
sigiloso en su camino hasta el baño, y su andar felino, contorneando suavemente las caderas y las nalgas a cada paso, desencadenó en mí una erección instantánea. Una vez allí,
abrió los grifos de la ducha y entró cuando el agua empezaba
a despedir vapor. El agua se deslizaba por su cabello, por su cuello, por sus pechos, envolviéndolos y cayendo en cascada desde sus pezones.
Recorría su torso descendiendo hasta su ombligo, donde se metía
como si hubiera cobrado vida propia y excitada por el cuerpo que estaba acariciando buscara penetrar en todos sus rincones.

Luego volvió a la cama y entornó los ojos, noté que a medida que el sueño se apoderaba de ella se desvanecía, lo comprendí todo yo era parte de su sueño como ella lo era del mio......

domingo, 4 de diciembre de 2016

Hace unos años....
Veraneábamos en el mismo pueblo costero, pasábamos largas horas juntos, buceábamos por las mañanas luego recuperábamos el aliento y la temperatura tumbados en la arena blanca de nácar molida, bajo los rayos tenues del sol del ocaso.

Otras veces dábamos largos paseos entre las rocas atrapando mejillones y cangrejos, o simplemente buscando un acantilado apropiado desde donde tirarse al mar, paseábamos por la tarde, coincidíamos con nuestros amigos a la luz de la Luna en charlas interminables, repletas de complicidades entre ella y yo.

Dormíamos en nuestros bajos apartamentos, con las ventanas abiertas de par en par para evitar el calor de las noches de Agosto, una de esas noches me metí en su dormitorio, envuelto en una sábana y la quise asustar, pero ella me sorprendió cuando me dijo:

—¡Ya te vale, jajajaja ¡no das nada de miedo! ¡Quítate la sábana y bájate los pantalones!

Salí corriendo, no se si me reconoció, debo admitir que no fue una gran idea, desde luego sus reacciones no eran previsibles y por lo tanto me sacaban de punto.... pero me gustaba eso.

Para arreglarlo.....


























Debo admitir que me moría por verla a solas de nuevo, llegó el día en el que por azar coincidimos en un parque, llevaba una blusa negra que le quedaba genial y jeans y yo una camisa de cuadros claros y unos tejanos gastados de color verdoso.

Me acuerdo perfectamente.

Me espantó verme a mi mismo diciéndole que la encontraba muy guapa y no se porqué inmediatamente empecé a sonrojarme, quizás por los nervios, quizás porque sus ojos cristalinos empezaron a clavarse en mi boca mientras hablaba, cuando aparecía su sonrisa burlona se le abría la cara, entonces para mi ya desaparecía todo, mis manos ya no me obedecían y ahí demostré gran torpeza, una de las bolas del helado que estaba tomando se despegó misteriosamente del cucurucho por ir a recuperarlo, rebotó en mi cara dejando su huella y siguió rodando por el pecho, hasta aplastarse en el suelo, no sin antes dejar su huella por toda mi ropa, llevaba dos botones de la camisa desabrochados, naturalmente eso desató su risa compulsiva y mi azoramiento infinito, deseaba con todas mis fuerzas que la tierra me tragase.....

Entonces .... se ofreció a limpiarme, sacó un klenex y me ayudó sacar los restos de chocolate del pecho, pero el tacto de sus dedos sobre el vello y la piel de mi pecho, me puso la piel de gallina y solo consiguió ponerme más rojo, creo que parecía un semáforo, por lo ridícula de la situación y porque me estaba paralizando por momentos, lo que pasó después me inmovilizó aún más, acercó su rostro a mi cara y los restos que del helado quedaban en mi cara, los limpió con su lengua, yo estaba inmóvil sin saber que hacer, hasta que su lengua bajó y me besó en los labios.

Unos días después ....

- ¿Tienes frío?
- No, así estoy bien...

Ella estaba apoyada en mi pecho, mientras la rodeaba la cintura con mis brazos, dejando las manos muertas sobre su vientre. Jamás me había sentido tan a gusto como en aquel momento, como si estuviéramos juntos de toda la vida.
Una sábana blanca de algodón nos cubría, los ojos cerrados y nuestra respiración ralentizada, rompí el silencio por fin para decirle en voz muy baja:

- ¿Te he dicho alguna vez que eres más que una amiga para mí?
Noté como por fin no sabía que contestarme, solo sus ojos azules se abrieron como dos platos, parecía que tuvieran un interrogante gigante, me miraban analizándome de arriba abajo, conocía bien ese gesto, era como si me pidieran que siguiera hablando.

Tardó unos minutos en reaccionar y negó con la cabeza muy lentamente, la miré fijamente

- Pues ya lo sabes. Te quiero.
- Yo... También. 

Se acurrucó contra mi pecho, apoyó su cabeza contra mis hombros y recuerdo el frio en mis manos, esos cabellos rubios inundándolo todo, antes de quedar dormidos.

Pasó el verano y ya no la vi nunca más, no volvió por allí pero me dejó una sonrisa inmensa, un beso robado con sabor a frío chocolate y duces labios ardientes.......

sábado, 22 de octubre de 2016

Era la madrugada del sábado cuando oí la puerta, mi novia había salido hacia el trabajo. Miré el despertador y no eran todavía las 7, me retorcí sobre mi mismo en la cama para seguir durmiendo y así lo hice pues me encontraba bastante cansado. Una media hora después me desperté sudoroso y con la respiración entreanchada. No, no había sido una pesadilla ni nada parecido, había sido un sueño erótico con polución nocturna incluida.



Cerré los ojos y me concentré, pues el gusto que tenía en todo el cuerpo después del sueño era tan grande que intentaba conservarlo dentro de mi mente durante el mayor tiempo posible. Me acurruqué como un ovillo, bien tapado con la manta. Estaba relajado intentando regresar al fuego onírico, pero era tal la excitación que ya no podía volver a dormir. 
Miraba con desesperación el despertador que iluminaba con sus destellos la obscuridad y compartía conmigo en silencio lo despacio que pasaba el tiempo.

Instintivamente me llevé la mano entre mis muslos y al pasar los dedos por encima de mi pantalón de pijama noté como estaba mojado, como pocas veces, retiré el elástico de mi prenda íntima y pasé los dedos directamente por mi polla que estaba hinchada y dolorida como si hubiera echado 3 polvos seguidos... Estaba realmente excitado y debía haber disfrutado de unos buenos momentos que intentaba recordar pero lo hacía vagamente... 

¿Qué era lo que me había excitado tanto?

Indudablemente un sueño erótico de lo más ardiente, fue entonces cuando de repente empecé a recordar... La imagen de mi sueño se iba dibujando lentamente en mi cabeza: 
Yo salía de un edificio solo con una camisa blanca cuello mao y unos jeans, no llevaba ropa interior, nada más, podía notar como el aire frío se metía por debajo de mis mangas, era una sensación muy placentera... luego entraba en un bar y... aparecía una chica que me miraba como si adivinase que yo no llevaba ropa interior solo iba con la camisa blanca.... Pero.... qué tontería!

Me levanté medio sonriendo y medio enfadado, por no haber podido dormir como me hubiera gustado para seguir disfrutando de mis sueños. A las 9 ya había desayunado. ¿Qué podía hacer? Esperar en casa a que volviera mi novia, no era una idea que me atrajera, ya que eso podría hacerse largo, así que opté por salir de compras, aunque al final no comprase nada. Me encanta ir a chafardear por las tiendas de deportes y con mi novia es imposible porque no siempre tiene paciencia, así que pensé en dedicarme a mí durante toda la mañana. 

A las 11 ya estaba en la zona céntrica de Barcelona, donde estaban todos los comercios. Yo miraba los escaparates, entraba en las tiendas curioseaba, sin ánimo de comprar nada. De pronto, me dio un vuelco el corazón.


Era ella, sí, sin duda, era ella… la camisa blanca que llevaba en mi sueño y estaba allí expuesta en un maniquí de aquella tienda. La mismo camisa blanca con ribete marrón, con dos bolsillos, tal y como la soñé. Allí estaba, además rebajada... era tan bonita.... Desgraciadamente sólo les quedaban tallas sueltas. Me apresuré, entré y pregunté directamente por la camisa del escaparate. 

-Es la única que queda, si se la quiere probar?

Me preguntó la dependienta. Yo asentí con una sonrisa.

Estaba absorto, era todo calcado a mi sueño. Entré en el probador y me quité los pantalones vaqueros tan rápido como pude, como si el hecho de que me diera prisa fuera a hacer que la camisa me sirviera. Ahí estaba yo, con la camisa de mi sueño en la mano, dispuesta a probármela. Tomé aire profundamente y metí un brazo y luego el otro y abotoné la camisa desde mis muslos. 

Era increíble! Aquella camisa blanca me quedaba como un guante! Era preciosa y me quedaba fantástica, era ideal....¡perfecta !... era la camisa blanca de mi sueño! Se adaptaba a mi torso, y notaba como su tejido me acariciaba con una extraña complicidad y luego me caía como un beso hacia mi abdomen, abrazándome ni muy fuerte ni muy suave. Me miré una y otra vez al espejo, estaba ilusionado, como una niño con botas de futbol 

Despues de estar un buen rato mirándome al espejo con mi nueva prenda, me la quité y volví a calzarme los vaqueros, pero la emoción era tan grande que salí con la camisa en la mano apresuradamente, como si me la fueran a robar y pidiéndole a la dependienta si había algún problema en que me la llevara puesta. 
Ella me miró algo extrañada pero me dijo que no había ninguno. La pasó por la caja, le quitó la alarma, la etiqueta con el precio y me la entregó.

Yo volví al probador y me quité mi polo tan deprisa que me cayó al suelo, luego bajé mis jeans y arrastré el boxer hacia abajo de forma que el pantalón se quedó en mis tobillos y el boxer en mis rodillas. Me miré en el espejo del probador y sonriendo me dije: "Esto es lo mismo que mi sueño !!, pero...¿ porqué no ?" y con decisión me quité también los boxers.... Si, ese sueño se iba a cumplir, habría que ayudarle para que fuese completo.

Me contemplé desnudo de cintura para abajo un ratito y comprobé una vez más que estaba muy caliente, me guiñé un ojo a mi mismo frente al espejo en signo de complicidad con mi otro yo. Sentí el dolor de mi polla aprisionada, observé como el paquete se notaba abultado y la polla enrojecida, pero el hinchazón de mi sexo no era normal y su brillo denotaba una excitación fuera de lo normal. Me gusta observar mi pene, no sé si será especial, pero es algo que me gusta contemplar sobretodo como ahora con esa excitación, pasé dos de mis dedos a lo largo de mi tranca totalmente enhiesta y solté un bramido por el gusto que eso me producía.

Me puse nuevamente la camisa y me miré una vez más al espejo. Era ancha y cómoda, con el viento, no había problema, era lo suficientemente ajustada para no levantarse inoportunamente... pero... era tan ancha... bueno... pensé: "las camisa blancas son así..." Me miraba y miraba y había algo que no me gustaba del todo, intentaba recordar mi sueño y encajarlo en la realidad, no caía en la cuenta qué era, pero algo no encajaba.

Por fin me di cuenta de lo que era. Algo no encajaba con mi sueño. En el sueño no llevaba tampoco reloj, así que me lo quité. Me volví a contemplar y ahora sí que sí, era tal y como soñé... Guardé el boxer y el reloj en el bolsillo y salí con el polo en la mano. Le pedí una bolsa a la dependienta para guardarlo y ella, muy amable, me cogió el polo y el boxer, y lo comenzó a doblar. Cuando pasó la mano por el boxer, se sobresaltó ligeramente, me miró y sonrió, para, seguidamente, terminar de doblarlo, guardarlo en la bolsa y entregarme ésta.

Pagué con la tarjeta y me despedí.

-¡Que disfrute de su camisa! 

Contestó ella con una sonrisa llena de picardía en la boca a la que no pude por menos de corresponder.

Y salí a la calle. A pesar de estar a finales de Octubre preferí no ponerme la cazadora y mejor llevarla en el brazo, pues quería lucirme con mi nueva indumentaria, deseaba que la gente viera mi nueva y flamante camisa que la admirasen, no se porqué lo necesitaba. No me importaba que apenas llevara nada de ropa contra el frío, solo mi nueva camisa blanca, pero eso, la verdad, era lo de menos, estaba realmente caliente como para abrigarme más.

Al principio, todos parecían mirarme raro, o eso intuía yo, como si se dieran cuenta de que iba desnudo bajo mis dos ajustadas prendas. Borré ese pensamiento de mi mente. Era imposible, eran miedos psicológicos y me lo repetía a mi mismo una y otra vez. Cuando hube borrado aquella idea, comencé realmente a disfrutar. Me sentía libre y además estaba cachondísimo otra vez, a ese paso, posiblemente lograría tener un orgasmo sin siquiera tocarme. Notaba como mi polla crecía bajo los jeans otra vez, había tenido el acierto de no apretarlos demasiado, creo que como siguiera así iba a eyacular de nuevo, estaba tan caliente que tuve miedo de que se empezara a ver el bulto de la forma de mi polla y el líquido manchando el pantalón. Así que entré al primer bar que se me cruzó....

No, no podía ser, era increíble, ante mis ojos estaba.... el bar del sueño! Todo igualito a mi sueño.... Pero, ¿cómo podía ser? No había estado ahí nunca antes en mi vida y todo me era familiar, hasta el camarero era el de mi sueño, parecía que todo se iba convirtiendo en realidad, como algo premonitorio.

Pedí un café con leche y mientras me lo servían, me fui al servicio a ver si me podía secar un poquito, estaba sudando como un cerdo. Entré y me miré al espejo. Mis carrillos ardían y se notaban encarnados debido a la diferencia de temperatura con el exterior y la excitación de revivir un sueño que daba por perdido con el paseo desde la tienda hasta ese bar, con aquella camisa blanca que me quedaba como un guante, tomé un poco de papel y lo metí entre mis piernas, note mucho calor en mi sexo, pasé por mi glande el papel higiénico y me lo sequé. Luego seguí hacia abajo, secando mi entrepierna con suavidad había tenido otra polución. El chorretón casi asomaba por debajo de mi camisa. Nunca había estado tan húmedo.... y tan caliente sin haber hecho apenas nada.

Salí del servicio y me dirigí a la barra, donde esperaba ya mi café con leche. Pagué y me lo llevé a una mesa del rincón. La más discreta del local. Me acomodé y empecé a tomar el café. Me supo riquísimo. Esta no sería mi última visita a aquel bar. Entonces me dio por mirar a la pared del frente y me percaté de la existencia de un espejo y me ruboricé. En ese espejo había un chica, que me miraba a su través sonriente. Fijaba sus pupilas con rabia en las mías esperando el cruce de miradas que en ese instante se produjo y saltó la chispa. Bajé rápido la vista hacia mi taza, sentí cierto corte, pero me gustaba al tiempo saberme perseguido por aquellos ojos. No me atrevía a volver a mirar al espejo. No sabía que me pasaba. ¿Por qué me sonreía ese chica? ¿Me habría visto algo más allá que los ojos... ? No, no podía ser, el espejo empezaba más arriba, intenté quitarme de encima los miedos... Volví a mirar al espejo. Ya no estaba allí. ¿Había sido imaginación? ¿parte de mi sueño?... No, la respuesta no se hizo esperar.

- ¿Puedo sentarme contigo?

Me dijo un voz cálida muy cercana a mi oído.

Giré mi cabeza, sorprendido, le miré y era él. Era bajita y con unas curvas muy armónicas, con una cara redonda como un plato de rasgos muy agradables y sensuales, labios carnosos, sentí confianza, vestía una gabardina azul abotonada y debajo debía llevar una minifalda de cuadros escoceses y una blusa de color crema, aunque eso no lo adivinaba yo porque iba recordando pequeños retazos de mi sueño, su mirada me penetraba en el interior, era cómo si ella ya supiera las respuestas, me asusté mucho, no quería que pasara nada e iba a decirle que no, cuando escuché, como un espectador en primera fila, cómo mi propia voz le decía:

- Claro, por supuesto.

Acerté justo a cruzar un poco mejor las piernas, ya que se estaba sentada delante de mí y me sentía desnudo frente a ella. Le sonreí con una mueca. Notaba había tenido otra cómo mi jugo hacía patinar mis piernas entre sí.

A partir de aquí todo sería borroso con respecto a mi sueño, pues casi no recordaba nada más, recuerdo haber despertado justo después de ese momento. Ahora me tocaba decidir a mi, era el momento de vivir la realidad... o continuar ese sueño....

martes, 30 de agosto de 2016

Dime cómo lograste deslizarte fuera de mi sueño,
con lo atrapada que te tenía allí, 
entrar aquí a mi cuarto por la ventana.

¿que te ayudó el viento de medianoche dices?

¿Y ahora como arreglamos eso tú y yo?
Si quiero que vuelvas a mi sueño,
si quiero que me visites cada noche, 
cuando pierda la conciencia.



Si te tengo aquí, dejaré de imaginarte cuando sueñe  .....
y no quiero que pase eso.

viernes, 26 de agosto de 2016

Me invade la oscuridad, el peso del silencio y los recuerdos, acabo de despertarme en medio de la nada, solo oigo los ruidos que yo produzco, creyendo haber oído algo en la ventana. 
Miré y rebusqué pero no había nada.
Volví al lecho, di una vuelta sobre mi mismo en la cama, agradecí el resguardo de la sábana y sus caricias resguardándome del frío de la madrugada. 

Aún no había cerrado los ojos cuando creí volver a oír ese extraño 
ruido. Era como si arañaran los cristales, pero no veía nada.
Me levanté de la cama poniéndome una sudadera blanca de algodón y me acerqué.
Sabía que era luna nueva, sin embargo las estrellas habían desaparecido a pesar de no haber ni una sola nube, como si aquella noche alguien se hubiera molestado en descolgarlas para que la oscuridad celeste fuera todavía mas profunda.




Tuve una premonición y abrí la puerta para cerciorarme de que no había nadie pero ahí estaba ella, quieta como un poste, desafiante, hermosa y exuberante en el quicio de la puerta con una capa de color negro que le tapaba el rostro, pensé que era una visión y que yo había perdido definitivamente el juicio, fui a cerrar pero mis brazos no obedecieron a mi cerebro, ella permanecía impasible mirando fijamente.

-¿No me dejas entrar?

Se acercó levemente a mi oreja, murmuró mi nombre y luego acarició con sus labios mi mejilla, se desabrochó parte de la capa y acercó su cuerpo abrazándome, mi mano recorrió su espalda desnuda bajo la capa y el frío sucumbió a un escalofrío bajo la tela.

Me tiene acorralado contra la pared, su cuerpo ondulando exuberante y provocativo sobre el mío.
Me sujeta los brazos con las garras y con los colmillos hace saltar los botones, luego saca su lengua, carnosa y felina y lame los contornos de mi entrepierna.

Siento el calor que emite quizás excesivo, sus latidos acelerados y escucho a mi propia piel expectante, me escurro de su cerco, retrocedo hasta el sofá, me encojo.
Solo se que se relame mientras me mira, se acerca, evalúa la situación, me apresa con un rápido movimiento.

Me mantiene inmóvil mientras sube mi sudadera por la cabeza, me desviste y contempla como cae al suelo, hay tanto silencio en la estancia que puedo oír el estrépito de la tela estrellándose contra el suelo.
Me deja totalmente desnudo mientras hociquea entre las piernas.
Se me doblan las rodillas y me desmayo .......


......  Hoy no recuerdo nada, me desperté por culpa de un penetrante olor a azufre y encontré todas las sábanas quemadas.

lunes, 15 de agosto de 2016

Durante horas había sido visto robando paraguas en varios establecimientos. Es un hombre diferente a todos por ser demasiado normal, totalmente vestido con un elegante traje gris y con un bombín de fieltro negro que deja en penumbra parte de su rostro.
Parece ser que el objetivo de tal acto criminal era regalárselos a una tal M. con una sonrisa plena de satisfacción. Según el testimonio parece ser que le dijo literalmente: 

-Te entrego estos paraguas para violentar a la lluvia y a la tristeza de mis ojos lluviosos. 

Y luego desaparecería entre las sombras y los reflejos de un día mojado.

En realidad E. es un escritor en busca de una historia y una musa que le otorgue la magia que sólo una musa (o cierto estado) puede dar y M. es una musa que vaga perdida en busca de un escritor que la haga vibrar. 
Tanto M. como E. necesitan de los poemas que no son capaces de escribir. Narrar con prosa exquisita las historias de desamores de las que nunca se apartarán, de tristeza y la soledad que ahora abrazan, de los pasos que damos en pos de nuestras profundidades, buscándonos en habitaciones oscuras y cerradas.
  
Por este hecho es llamado a declarar ante el comité de escritores y después de oír atentamente los testimonios, deciden expulsar a E. de la asociación de escritores y prohibirle para siempre la entrada al rincón de la escritura. 
Sus lloros, súplicas y alegaciones de ignorancia no le sirvieron en este caso, ya no podría escribir mas, se acabó para el la inspiración.

A pesar de todo E. sigue sin éxito intentando escribir delante de una hoja blanca de papel pero solo le salen 3 frases:

"M. apoyada en la ventana viendo como sus sueños se ahogan entre lluvia ..... Nota como suavemente las nubes intentan levantar su falda."

En algún lugar M. bajo un paraguas regalado por un desconocido, siente un escalofrío que le recorre toda la espalda.




viernes, 12 de agosto de 2016

Desde aquí mi admiración mas profunda por los guionistas, esos seres que tienen el superpoder de imaginar escenas acabadas y saber con antelación el tipo de reacción que van a despertar, una carcajada, llanto, compasión, intriga,  siempre he pensado que es muy difícil transmitir la densidad de un libro, con sus descripciones, pensamientos, la esencia de semanas enteras en leer y años en escribir son resumidas, casi siempre con acierto en una breve escena, o mejor aún en una película que no llega a las dos horas, en la que se relata toda una vida, con todos sus altibajos, esa capacidad de síntesis a la que se añaden gotas de brillantez, saber de antemano como unas imágenes van a provocar atención absoluta y la abducción incondicional a un mundo paralelo ficticio.



Últimamente me he vuelto visitante asiduo de Youtube, es un misterio indescifrable para mi la extraña censura que rige en estos rincones, los límites para prohibir un vídeo, y el concepto acerca de la propiedad intelectual, pero tampoco lo he entendido ni en la mayoría de redes sociales, Google+, Facebook, Twiter, Instagram, etc. 

En el caso de los vídeos de Youtube, resulta divertido ver como los usuarios cortan las escenas en el momento cumbre o añaden unos simpáticos pixels, me imagino a los sres. de Youtube partiéndose de risa con el curioso tamaño de los pixels que se colocan ordenadamente alrededor de las aureolas y pezones, el visionado de una simpática teta puede traer consecuencias desastrosas, el vídeo queda anulado, quedas advertido y tu nick capado durante una buena temporada, (me ha pasado varias veces).

En este post quiero añadir una serie de tópicos visuales acerca de la seducción en el cine, sobretodo en lo referente a los primeros encuentros que son los que marcan las relaciones, ese 'caer bien' o mal tan subjetivo.




El primer caso es una escena ficticia dentro de una escena ficticia, acerca de una novela romántica en el 'Far West'. Extraido de la película 'Tras el corazón verde'.







Aquí un caso típico de mujer fatal, Linda Fiorentino lo borda tomando el control absoluto de la situación en la película 'Última Seducción'.





No se muy bien si un beso puede ser mágico o no, pero esta escena está muy bien rodada, se puede leer en las caras de los protagonistas todo un universo de sensaciones, 'Nick and Nora'






Un caso totalmente diferente, Tenemos que meternos en una escena onírica entre una sensual vampira y Dorian Grey en 'Una Liga de Hombres Extraordinarios'.  






Un tópico muy recurrido es la tensión sensual entre dos protagonistas en esta escena se desarrolla una escena de amor terriblemente erótica, en un entorno totalmente desfavorable y angustioso, en medio de una guerra se desata la pasión contenida entre Jude Law y Rachel Weisz en 'Enemigo a las Puertas'.
Drama que retrata la vida de un joven francotirador ruso (Vasili) que participa en la batalla de Stallingrado. 






Y ahora dejemos los tópicos para deleitarnos en una de las escenas de amor con mas fantasía, Roma en la Fontana di Trevi entre Anita Ekberg y Marcello Mastroniani en 'La Dolce Vita'.







Aquí los marcianos estudian nuestros tópicos y crean una imagen de seducción, llena de excesos, una crítica feroz pero efectiva, desarrollada a la perfección en la película 'Mars Atack!', entre Martin Short (secretario de defensa) y una alienigena, dirigida por Tim Burton. La historia está basada en la serie de cromos Mars Attacks de la marca Topps, lanzada por primera vez en 1962.




Curiosa y extravagante escena de amor entre Daniel Auteuil (Gabor) y Vanessa Paradis (Adele) en la película 'La chica del puente' dirigida por Patrice Leconte. La confianza lo es todo.

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