lunes, 15 de agosto de 2016

Durante horas había sido visto robando paraguas en varios establecimientos. Es un hombre diferente a todos por ser demasiado normal, totalmente vestido con un elegante traje gris y con un bombín de fieltro negro que deja en penumbra parte de su rostro.
Parece ser que el objetivo de tal acto criminal era regalárselos a una tal M. con una sonrisa plena de satisfacción. Según el testimonio parece ser que le dijo literalmente: 

-Te entrego estos paraguas para violentar a la lluvia y a la tristeza de mis ojos lluviosos. 

Y luego desaparecería entre las sombras y los reflejos de un día mojado.

En realidad E. es un escritor en busca de una historia y una musa que le otorgue la magia que sólo una musa (o cierto estado) puede dar y M. es una musa que vaga perdida en busca de un escritor que la haga vibrar. 
Tanto M. como E. necesitan de los poemas que no son capaces de escribir. Narrar con prosa exquisita las historias de desamores de las que nunca se apartarán, de tristeza y la soledad que ahora abrazan, de los pasos que damos en pos de nuestras profundidades, buscándonos en habitaciones oscuras y cerradas.
  
Por este hecho es llamado a declarar ante el comité de escritores y después de oír atentamente los testimonios, deciden expulsar a E. de la asociación de escritores y prohibirle para siempre la entrada al rincón de la escritura. 
Sus lloros, súplicas y alegaciones de ignorancia no le sirvieron en este caso, ya no podría escribir mas, se acabó para el la inspiración.

A pesar de todo E. sigue sin éxito intentando escribir delante de una hoja blanca de papel pero solo le salen 3 frases:

"M. apoyada en la ventana viendo como sus sueños se ahogan entre lluvia ..... Nota como suavemente las nubes intentan levantar su falda."

En algún lugar M. bajo un paraguas regalado por un desconocido, siente un escalofrío que le recorre toda la espalda.