Dime cómo lograste deslizarte fuera de mi sueño,
con lo atrapada que te tenía allí,
entrar aquí a mi cuarto por la ventana.
¿que te ayudó el viento de medianoche dices?
¿Y ahora como arreglamos eso tú y yo?
Si quiero que vuelvas a mi sueño,
si quiero que me visites cada noche,
cuando pierda la conciencia.
Me invade la oscuridad, el peso del silencio y los recuerdos, acabo de despertarme en medio de la nada, solo oigo los ruidos que yo produzco, creyendo haber oído algo en la ventana.
Miré y rebusqué pero no había nada.
Volví al lecho, di una vuelta sobre mi mismo en la cama, agradecí el resguardo de la sábana y sus caricias resguardándome del frío de la madrugada.
Aún no había cerrado los ojos cuando creí volver a oír ese extraño
ruido. Era como si arañaran los cristales, pero no veía nada.
Me levanté de la cama poniéndome una sudadera blanca de algodón y me acerqué.
Sabía que era luna nueva, sin embargo las estrellas habían desaparecido a pesar de no haber ni una sola nube, como si aquella noche alguien se hubiera molestado en descolgarlas para que la oscuridad celeste fuera todavía mas profunda.
Desde aquí mi admiración mas profunda por los guionistas, esos seres que tienen el superpoder de imaginar escenas acabadas y saber con antelación el tipo de reacción que van a despertar, una carcajada, llanto, compasión, intriga, siempre he pensado que es muy difícil transmitir la densidad de un libro, con sus descripciones, pensamientos, la esencia de semanas enteras en leer y años en escribir son resumidas, casi siempre con acierto en una breve escena, o mejor aún en una película que no llega a las dos horas, en la que se relata toda una vida, con todos sus altibajos, esa capacidad de síntesis a la que se añaden gotas de brillantez, saber de antemano como unas imágenes van a provocar atención absoluta y la abducción incondicional a un mundo paralelo ficticio.
El fin de semana pasado en plenas rebajas de Agosto, estaba de encargado de los probadores, ocupado en doblar unas prendas encima del mostrador.....
De pronto tuve visiones una mujer que no podía ser, se aproximaba hacia el lugar que estaba con una decisión impropia.
Por mi experiencia en el trabajo, conocía esa expresión, los baños de los centros comerciales son muy fríos para entrar a masturbarse y una mujer tan atractiva con aquella mirada y aquella sonrisa maliciosa, con las manos llenas de lencería sabía lo que significaba, en la política de nuestra tienda las clientas siempre tienen la razón, sabía lo que me esperaba.
Mi mirada perdida y compungida no la consiguió frenar, llegaba como un tren expreso y la tienda totalmente vacía no ayudaba.
-Hola ¿estás tan aburrido como yo?, pensaba que podías ayudarme a escoger unas braguitas, necesito a alguien que me diga como me quedan........
Intenté con la mirada que no se acercara pero en aquellos momentos tenía los ojos en blanco, solo puede mover el cuello de lado a lado
-¡Noooooo!!Otra vez tú noooo!!
En aquel ilustre despacho de abogados situado en el centro de la ciudad, trabajaba como administrativa una joven casada con el director, un hombre de grandes riquezas y costumbres hurañas que había contraído nupcias en plena madurez cuando su pelo se había tornado blanco como la nieve, ella afamada por su brillante y nívea piel, por cabellos dorados que reflejaban la luz recordando al sol claro del amanecer y por un cuello de garza real terso y suave como la piel de un recién nacido.